Cuando mis primos y yo éramos pequeños, Fernando, que entonces tenía 4 años, se nos perdió por la playa. Nos organizamos para buscarlo y avisamos al equipo de salvamento, que en seguida lanzó el mensaje por megafonía de que un niño de 4 años con bañador verde llamado Fernando se había perdido.
El problema es que mi primo se había quitado el bañador y lo había enterrado, así que, por mucho que la gente nos intentase ayudar a localizarlo, con bañador verde no aparecía ningún pequeño... Al cabo de unas horas apareció, desnudo, y tan contento... Pero nos llevamos un gran sofoco.
Si queremos ir a la playa este verano y no perder a nuestro pequeño, en este artículo hay unos consejos para que esto no suceda.
