El pasado fin de semana volvimos a ir a ver los molinos de viento. En una entrada anterior os había propuesto el plan de Campo de Criptana y Consuegra. Esta vez volvimos a Campo de Criptana, y luego fuimos a Toboso, pueblo del que supuestamente era originaria Dulcinea.
En Campo de Criptana podéis visitar por dentro uno de los molinos. Es muy interesante porque se ve el funcionamiento, cómo cambiaban la orientación de las aspas en función del viento, cómo lo utilizaban. Es muy curioso para los niños. Al salir encontramos un hombre disfrazado de Sancho y otro del Quijote, escenificando el capítulo de los molinos de viento.
Una vez vistos los molinos, fuimos al Toboso. Es un pueblo precioso, del que os recomiendo que sigáis la ruta literaria del Quijote. Esta ruta os hace seguir los rótulos escritos en fachadas del pueblo con
frases literales del libro. Están colocados de tal manera, que circulando a
pie se puede hacer una ruta, siguiendo "los pasos" de D. Quijote y
Sancho en el interior del pueblo.
El Toboso tiene un encanto especial, y muchos sitios para visitar: monasterios, iglesias, plazas, ermitas, y algún museo. Nosotros visitamos la casa-museo de Dulcinea, que fue el lugar donde habitó la que se cree que inspiró a Cervantes el personaje de la enamorada del Quijote. Es un típico caserón manchego del siglo XVI reconstruido y amueblado con enseres de la época, con sus dependencias de labor, palomar (muy interesante), huerto trasero...El domingo la entrada es gratuita y abre hasta las 14 horas.
Como recomendación para comer, al lado de la Casa de Dulcinea está el mesón La Noria de Dulcinea. Os recomiendo que toméis allí los platos típicos manchegos, mencionados también el en Quijote: duelos y quebrantos (huevos revueltos con chorizo, jamón y panceta), gachas, migas del pastor acompañadas de uvas, ensalada de perdiz...
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