Castillo de San Jorge: un lugar imprescindible para vislumbrar unas vistas espectaculares de la ciudad. Hay vestigios de asentamientos en la zona desde el siglo IV antes de Cristo. En el castillo los niños disfrutarán muchísimo. Visitad la web antes de ir, porque organizan algunas actividades para niños (en portugués). Para llegar hasta el castillo nosotros fuimos en taxi, aunque ahora hay muchos tuc-tuc que se ofrecen para llegar hasta allí (no se los precios).
Los menores de 10 años entran gratis. Hay una entrada familiar para 2 adultos y 2 niños de entre 10 y 18 años por 20 euros. El billete normal cuesta 8,5 euros. Los precios pueden quedar desactualizados; en la página web del sitio tendréis la información más reciente).
Museo del Azulejo: allí los niños (y mayores) pueden aprender no sólo viendo, sino también tocando en algunos expositores cómo se hacen los azulejos, qué técnicas se utilizan para pintarlos, hay una pequeña reproducción de un horno donde los azulejos se acababan de hacer, una proyección...
El sitio (antiguo convento de la Madre de Dios) es realmente precioso, con un claustro muy bonito, una capilla riquísima... Cada estancia sorprende no sólo por los azulejos expuestos, sino también por la arquitectura del lugar. No dejéis de visitar la tercera planta, donde hay una representación de la ciudad de Lisboa antes del terremoto en azulejos que mide más de 20 metros de longitud.
Podéis además hacer una parada allí mismo para comer, porque hay un restaurante, y los niños después de comer pueden ver las tortugas que hay en la fuente del patio.
Después de ver el Museo las niñas han aprendido a valorar mucho más la riqueza de las fachadas alicatadas de las casas de Lisboa.
Nos costó 5 euros la entrada familiar. Nosotros llegamos allí desde la estación de Santa Apolonia (que antiguamente era un convento), caminando unos 20 minutos.
Museo del Diseño y de la Moda: está en la Rua Augusta número 24, una zona muy visitada y céntrica de Lisboa. Tiene exposiciones sobre diseño portugués, vestuario para teatro y ballet, y alguna otra sorpresa.
El edificio es una antigua sede bancaria con una restauración muy peculiar.
La entrada es gratuita.
Reservatorio Mae D'Agua das Amoreiras: un lugar maravilloso desde el que contemplar unas vistas preciosas de la ciudad. El sitio es un depósito de agua que tiene muchísimo encanto. Desde allí nace el acueducto que abastecía de agua a la ciudad de Lisboa. Merece la pena la visita, porque las vistas son maravillosas y el lugar es mágico. A la salida, hay un pequeño parque, el Jardim das Amoreiras, muy tranquilo donde descansar y jugar un poco.
Se llega en metro por la línea amarilla, parada Rato.
Ruta del tranvía 28: se toma desde su nacimiento en Martim Moniz, así os podéis sentar, y hasta que acabe la ruta podéis disfrutar de una experiencia parecida a la de una montaña rusa. Recorre los barrios de Alfama, Baixa, Barrio Alto, Estrela y Prazeres.
3 comentarios:
gracias por la info
Nosotros viajamos en Semana Santa a Lisboa con nuestras hijas y disfrutamos muchísimo. Como recomiendas en tu blog fuimos a la Quinta da Regaleira y fue maravilloso casi mágico. Muchas gracias por tus consejos que hicieron de nuestras vacaciones un viaje inolvidable.
Muchas gracias a tí!!!! Me alegra mucho que lo pasaseis tan bien
Publicar un comentario